Un implante dental es una pieza de titanio (como si fuera la raíz del diente) que se coloca quirúrgicamente en el hueso de la mandíbula por debajo de la línea de las encías, lo cual permite colocar la pieza de reemplazo o un puente en esa área. Los implantes dentales benefician la salud bucal general, entérate aquí como es posible.

¿Cómo trabajan los implantes dentales?

El implante se fusiona con el hueso mandibular, proporcionando un soporte estable para los dientes artificiales. Las coronas y los puentes colocados sobre los implantes no se deslizan en la boca, lo cual es una ventaja especialmente importante para la masticación y el habla. Esta adaptación ayuda a consolidar una sensación maravillosa de naturalidad.

¿Por qué elegir un implante dental?

✔️ Se siente y se ve como un diente natural, esto puede proporcionar maravillas para la autoestima del paciente.

✔️ Es más fácil comer y hablar. Esta pieza de titanio irá anclada directamente en la mandíbula, manteniendo su lugar. Por lo tanto, el implante no queda suelto, ni es extraíble.

✔️ Se mantienen todas las estructuras que conforman la cavidad bucal, evitando así la pérdida de hueso, encía y mejilla que trae como consecuencia la extracción de una pieza dentaría.

✔️ Es un tratamiento conservador, puesto que no tienen que anclarse en otros dientes las coronas faltantes; el desgaste a las piezas adyacentes no es necesario.

✔️ Al tratarse de una prótesis fija, desaparecen las incomodidades, irritaciones, bordes filosos, o nauseas de los aparatos removibles.

Lo más importante para una salud bucal adecuada es mantener y conservar todos los dientes la mayor cantidad de tiempo posible. Si por cualquier caso hemos perdido la oportunidad de la restauración, y la extracción es la única opción ante una afección dental grave, los implantes dentales son el tratamiento ideal para continuar con la estabilidad adecuada de las funciones esenciales que todos merecemos tener en nuestra boca.